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Distanciamiento social y precauciones de salud: cómo tener conversaciones difíciles con amigos y familiares

29 de octubre de 2020

Con la proximidad de la temporada de gripe, una pandemia y el cuidado de un niño con una enfermedad o herida que le cambia la vida, es probable que estés tomando una amplia variedad de precauciones de seguridad, y pidiendo a quienes los rodean que hagan lo mismo. Lamentablemente, esto puede generar situaciones y conversaciones que son estresantes o frustrantes.

Son conversaciones especialmente difíciles porque las personas tienen distintos niveles de comodidad y de percepción sobre lo que es seguro. Amigos y familiares pueden escuchar tus peticiones y comentarios como críticas y ponerse a la defensiva. Ante lo delicado de la situación, es fácil enojarse. Pero con la preparación y el enfoque correcto, puedes hacer todo lo posible para que todo fluya de la mejor manera posible, conservar tu sistema de apoyo y mantener a la familia segura.

Cómo tener conversaciones difíciles con los seres queridos sobre el distanciamiento social y la seguridad

Prepárate sabiamente

Para prepararse para el éxito, es importante hacerlo con cuidado. Antes de tener cualquiera de estas conversaciones, practica contigo. ¿Cómo te sientes? No es una conversación que quieres tener enojado o molesto. Tampoco quieres tener “la charla” después de una discusión.

Si este es el caso, trata de liberar la tensión con una actividad favorita y deja pasar algún tiempo. También puede ser útil recordar que las personas no son tan sensibles a las amenazas que no pueden ver. Es posible que no entiendan la enfermedad de tu hijo, o que estén preocupados y no dimensionen el riesgo. Por esta razón, es mejor no dar a entender una intención maliciosa.

También es completamente normal estar nervioso, ya que a la mayoría de nosotros se nos enseña a ser educados y no agitar el agua, mucho menos con las personas que más nos importan. Es útil dejar en claro los límites y el nivel de riesgo que estás dispuesto a aceptar. También ten claros tus objetivos para la conversación a fin de poder abordarla con confianza. Ensayar antes o escribir tus pensamientos puede darte la claridad y la seguridad que necesitas.

Por último, piensa en la logística. Recomendamos tener estas conversaciones en entornos privados a fin de evitar que parezca una humillación pública. Elige un momento y un lugar en el que te sientas cómodo y no estés apresurado. Por último, elimina todas las distracciones innecesarias. De esta manera, ambas partes podrán dedicarse la atención que la conversación amerita.

Empieza con curiosidad

La clave de estas conversaciones incómodas sobre seguridad es enfocarse en la empatía. No vayas directamente a decirle a alguien todo lo que hizo mal. En cambio, avanza con curiosidad para aprender más sobre sus pensamientos y sentimientos.

La apertura y la ausencia de juicio permitirán un intercambio más libre y puede ser muy útil en la construcción de la relación. Además, una vez que entiendes sus necesidades, es mucho más fácil saber qué decirles.

Empatiza y reconoce sus sentimientos

Una vez que tu ser querido haya compartido sus sentimientos, reconócelos. Parafrasear o repetir sus palabras muestra que las escuchaste con atención y que las entiendes. Reconocer esto no es fácil y todos nos estamos adaptando a esta nueva normalidad.

También es útil compartir sentimientos y luchas similares que puedas haber tenido. Por ejemplo, podrías reconocer lo difícil que ha sido no verlos tan a menudo, o usar constantemente una mascarilla. Pero ten cuidado de no volver la conversación sobre ti, el objetivo aquí es mostrar tu empatía, no superarlos.

Apégate a los hechos; sin culpa, sin vergüenza

Cuando llegue el momento de hablar del tema, prefiere un enfoque amable y directo. Lo que importa no son solo las palabras que usas, sino cómo las usas. El tono y el lenguaje corporal también son importantes.

Puedes comenzar con lo más verdadero primero: que te preocupas por ellos y quieres verlos, pero que necesitas hacer lo correcto para tu familia. Luego, menciona brevemente, o reitera, las necesidades actuales de tu familia. Aunque te parezca tentador, no des una conferencia porque no te servirá de mucho. En cambio, solo expresa tus sentimientos y preocupaciones sobre la situación y cómo sus acciones podrían afectar a la familia.

Si hay un problema específico que desees abordar, puedes dar un ejemplo. Pero, ten cuidado de no sonar como si hubieras hecho un seguimiento de todos sus actos o de hacerles sentir que hicieron algo mal. Mantén la conversación centrada en la acción, no en la intención, y continúa.

Colabora para que sea más fácil

Muchos seres queridos tendrán inquietudes o razones por las que les costará cumplir con lo que les pides. A fin de cuentas, no es fácil cambiar las conductas. Escucha sus necesidades y trabajen juntos para encontrar soluciones. Esta es una de las mejores formas de apoyar un vínculo que se ha vuelto tenso y mostrar que te importa.

Por ejemplo, si no puedes tener visitas en persona, organiza llamadas telefónicas o videollamadas regulares. También pueden estar en contacto a través de las redes sociales o los mensajes de texto.

Si puedes verlos, pero estás tomando otras precauciones de seguridad, puedes proporcionar suministros en tu hogar. Otra forma de lograr un buen resultado es modelar el comportamiento que estás pidiendo.

Ante todo, sé paciente durante el proceso de adaptación. Es posible que tengas que hacer recordatorios amistosos o reforzar los límites a menudo, pero será por poco tiempo. O mejor aún, pronto volveremos a la normalidad.

Debes saber cuándo alejarte

Lamentablemente, no todas estas conversaciones llegarán a buen puerto. Es importante establecer tus límites y saber cuándo necesitas alejarte, de la conversación o de la relación.

Ten en cuenta que solo puedes controlar tus comportamientos, no los de los demás. Si la conversación no va a ninguna parte, puedes establecer algunos límites. De esta manera, no le pones fin a la relación, sino que tratar de preservarla a largo plazo. Puedes no sentirte cómodo de verlos, ahora o querer establecer límites a sus interacciones.

Piensa en el bienestar físico y emocional de tu familia antes de decidir terminar una relación. Siempre será una opción, pero una que querrás usar como último recurso. En ese caso, simplemente di que te preocupas por ellos, pero que necesitas poner a tu familia primero en este momento y que, tal vez, puedan revincularse en un futuro.

Recuerda que siempre es posible reparar los vínculos. Los desacuerdos existen y los sentimientos se lastiman, la incomodidad y el conflicto no significan que estés haciendo algo mal. Solo estás haciendo tu trabajo primordial como cuidador: proteger a tus hijos. Y cuando nos cuidamos los unos a los otro, podemos reconciliarnos y seguir adelante.

Para obtener ayuda con conversaciones difíciles con tus hijos, consulta nuestra publicación anterior, “Cómo darle malas noticias a tu hijo”.

 

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